beatriz
vallejos
el collar de arena
Triste
Un p�jaro triz� la niebla
El �rbol como hierba tocó un aire.
Y el silencio
Proyección
Un r�o pasa por galaxia lejanas.
�De que colores todav�a no inventados?
�Nadie ya, o acaso?
Glicina esmerilada
la luz
atardece.
�Nadie ya? o acaso el patio
suavemente desborda.
�cantaba ella?
Susurraba las plantas
el agua del verano, arabescos
de otras presencias.
�Lejos o cerca, nadie ya?
cuenco de otras manos
auscultando el eco.
El grito
De orilla a orilla
como si no hubiese nadie.
Sudestada
Cruzar�s
la noche diurna
en relevo de islas.
Canoa
El pescador
pintaba su canoa
Colores estridentes
para el r�o.
Entre la red
los aparejos,
la mujer que miraba.
El collar de arena
Tambi�n la sombra es fr�gil
si el agua est� cerca.
Entonces adviene
a disuadir lo absoluto
otra irisada agon�a,
difusas lagrimas del sauce,
difusa notas, �litros
de los peque�os seres.
Ac�stica en gota de nimbar,
si son sonidos
la claridad a�n
como de intenso fluye
el devenir,
la distancia inalcanzable.
Por encima del silencio
Camalote pat�ticos
por encimas se latas
por encimas de vidrios
por encima del silencio.
Quien sabe la piedad
la impiedad.
Quien sabe la verg�enza la exquisitez
El paisaje sobre ruedas, quien sabe.
Casualmente de otros esot�ricos
s�mbolos quien sabe, arrojados:
podridas gomas, podridas hojas.
Esa zapatilla en el barro
perdi� su pie, qui�n sabe.
El sol
Le escribe cabellos al sol:
desparrama la selva en �l.
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