degradaci�n
por Renzo Podest�
este librillo se escribi� desde marzo a finales de abril de 2002 en momentos de compleja estupidez y se public� bajo las albaceas porroneales de funkin�s. propiedad intelectual en tr�mite. no se lo agradezco ni se lo dedico a nadie porque nadie se lo merece. es as� y punto, no insistan m�s.
�a m� tampoco?
no.
introx
el acto de escribir.
sinfon�a sincopada que retarda,
entumece,
a�sla.
pens� en tres cosas que alguna vez te hicieron bien.
tej� con aguardiente la desolaci�n que decapita la m�quina de ritmos de la locura.
pens�
en alg�n muerto
y en un amor.
cosillas por aqu�, ceniceros por all�.
est� copado crecer viendo a la gente tambi�n creciendo, pero ocurre lo siguiente: ya nadie lo hace. est� fuera de moda cre(c)er; ya es viejo (vaya paradoja) pensar en ser viejo.
hoy estamo', ma�ana no estamo', dice mi verdulero cada vez que pasa el coche f�nebre.
borr� esa cara de no comprender un carajo. mejor hac� una cosa:
te propongo que cierres el pu�o derecho lo m�s fuerte posible. dale, hacelo. total, no te mira nadie.
bien. ahora busc� la fuerza que te dio el d�a que perdiste el colectivo y se te quem� el asado. buscala, tiene que estar por ah�. si no la encontr�s pens� en aquella vez que se te rompi� el forro. con esa fuerza golpeate. sin miedo. sin nada que perder. pum. golpe seco sobre el p�rpado. si conseguiste hacerlo con fuerza, la ceja ya deber�a estar regal�ndote un poco de sangre. si ten�s un espejo a mano, buscalo y mirate. mir� c�mo la sangre se libera, recorre el p�mulo y se desliza por la mejilla. prob� un poco. est� dulce.
eso es escribir.
fe
m�s cerca de tool que de zooropa. alarido, alarido, silencio. fe.
nada que aportar m�s que amplitud incomprensible de estelas negras cayendo sobre el alumbrado p�blico. siento, vivo, transpiro neblina. s�bado y domingo. mate y locura a las seis de la tarde. fe. s�mbolo qu�mico designado al hierro. el hierro siempre sirvi� para algo. a�n lo sigue haciendo. sirve para el entumecimiento de costillas en la senda peatonal del quilombo patri�tico que muchos tratan de frenar a base de recetas disfrazadas de banderasrojasbanderasnegrasdelienzoblancoentucorazoo�un. trilog�a pornogr�fica del discoverychannel denunciando la reproducci�n de estad�os menstruales de ballenas constrictor. Una mantis logra deglutir una rata. las cucarachas se acercan. las cucarachas me miran. las cucarachas se golpean entre s�. tiemblo. m�s fe.
la poes�a del mate (1)
cuarto vac�o de cabeza quebrada, insuflando una conexi�n de voces que terminan durmiendo bajo las v�as.
igualmente todos los gatos son grises, las navidades televisadas superan ampliamente los deseos de aniquilamiento masivo.
por un segundo cambio de parecer y puedo arrancarme la piel por decimaoctava vez.
me cubro de enemigos y todo parece m�s fatalista que nunca.
el mate, sin embargo, me contempla recit�ndome un soneto.
la tristeza de los colores fluo
no lo pienso mucho. en diez minutos estoy a la deriva esquivando gente, no me quejo. gasto un peso en una bolsita de pralin�. s� que ese peso lo voy a necesitar. el que me vende la bolsita me dice lo mismo. camino bajo la llovizna. el paquete de felipe mor� box se me moja. nevermind. hoy me siento encantadoramente oscurito. y camino. miro caras, comparo compatibilidades entre las personas. sumergido entre los colores electromagn�ticos de los todopordospesos. quiero deslizarme bajo la crudeza de los cuerpos. lo consigo. no es tan dif�cil. me planto en una librer�a. paso revista a las nuevas tapas de los viejos libros de los nuevos precios de los viejos puestos remodelados por la nueva sensaci�n en decoraci�n de interiores. colores por aqu�, intensas palabrotas del vendedor de quinielas ciego por ac�, lloviznita molesta, molesta, molesta, bien molesta. una familia tipo de refugiados busca en la basura. busca. encuentran un choclo y un zapato. se lo comen con bolsita y todo. ignoran el pa�al. tendr�n hambre pero no ser�n boludos. tengo un par de billetes en el bolsillo de mi campera, me pica la cara. pienso un rato. no quiero alejarme demasiado de la parada de colectivos. el d�a sonr�e tristemente diciendo chau con la manito. colores por aqu�, mam�s agarrando del brazo a los moquientos chillones por el pokem�n gigante de la vidriera de m�s colores. cruzo la calle, gambeteo taxistas. en la cuadra siguiente me encuentro solo. de hecho, todos los transe�ntes del centro han desaparecido. no me asombro. son simples instantes de alucinaci�n propinado por el pralin� de un peso. parpadeo. la gente sigue caminando. todo lo dem�s es bazofia. una tienda amenaza a sus consumidores con colores. los colores asesinos revisten la piel de las adolescentes bandanalook a risotada limpia. el cuadro de los ingalls se ilumina desde la tienda. los observo desde la lloviznita molesta.
s�banas
de pronto y sin aviso cuajan estructuras simiescas copiando a un grupo de diapositivas fragmentadas. �todo para qu�?, para que salude un soliloquio armado exclusivamente para encomendarse en uno de los tantos caminos que derivan a la loma de los tomates. hace tres horas que gast� mi �ltima porci�n de pizza recalentada. el b�nker me da calorcito. y no puedo dejar de pensar.
sin lugar a dudas,
ella me quiere y yo tambi�n,
a pesar de que los s�bados ofrezcan soles y turnos occidentalizados al nutricionaista.
hoy nos revolcamos entre las s�banas; fue otra experiencia de consumo hormonal cimentado en un pasmoso intercambio de pieles. es el juego que cada uno quiere jugar. aunque quede relegado en el tiempo, es una de esas cosas por las que vale la pena estar despierto. alg�n d�a escribir� m�s acerca de ella. esta vez no.
y las cafias d�nde est�n
contando los minutos. un bar, matem�ticas, spinetta y su voz de mierda, el hedor constante del caf� a punto de ser hervido. hay un nido de ratas en la otra mesa. cuchichean entre ellas tratando de llegar a algo. sus comisuras denotan algo perdido.
se trata de seguir, entonces. me levanto, saludo por �ltima vez el escote de la moza, pago y cinco minutos m�s tarde espero el cientodiez en la esquina. fr�o. fr�o en los esp�ritus fundidos que muestran los rostros de los pasajeros del bondi. los mudos piden trabajo, cuento moneditas y le doy un par al laburante precoz que increpa desde su tarjeta color fucsia fluo.
finalmente las calles se nos presentan como el remolino sin peinar que olvidamos tener en cuenta por el pedo de anoche. se me inunda el bulo, me comen las pulgas, canto.
re depente cundo en una sinfon�a probando los instrumentos, antes de largarse a tocar bajo las �rdenes de la batuta de la llovizna. zapping radial machucando la cabeza, y las cafias d�nde est�n. dead man walking!, grita el carcelero agitando su cachiporra contra los barrotes. un sampler de bater�a conmueve el tugurio, el clima cambia hacia lo aborrecible, me gusta. en fin, �qu� se puede esperar?. la degradaci�n tambi�n es un estado de �nimo.
y las cafias d�nde est�n
contando los minutos. un bar, matem�ticas, spinetta y su voz de mierda, el hedor constante del caf� a punto de ser hervido. hay un nido de ratas en la otra mesa. cuchichean entre ellas tratando de llegar a algo. sus comisuras denotan algo perdido.
se trata de seguir, entonces. me levanto, saludo por �ltima vez el escote de la moza, pago y cinco minutos m�s tarde espero el cientodiez en la esquina. fr�o. fr�o en los esp�ritus fundidos que muestran los rostros de los pasajeros del bondi. los mudos piden trabajo, cuento moneditas y le doy un par al laburante precoz que increpa desde su tarjeta color fucsia fluo.
finalmente las calles se nos presentan como el remolino sin peinar que olvidamos tener en cuenta por el pedo de anoche. se me inunda el bulo, me comen las pulgas, canto.
re depente cundo en una sinfon�a probando los instrumentos, antes de largarse a tocar bajo las �rdenes de la batuta de la llovizna. zapping radial machucando la cabeza, y las cafias d�nde est�n. dead man walking!, grita el carcelero agitando su cachiporra contra los barrotes. un sampler de bater�a conmueve el tugurio, el clima cambia hacia lo aborrecible, me gusta. en fin, �qu� se puede esperar?. la degradaci�n tambi�n es un estado de �nimo.
tiempo atrasado
una mezcla de unos y ceros al borde
de la encrucijada que rumian las iris de los nuevos sabios-pornoco
y el tiempo
de lo que nos queda
sigue con cinco minutos de retraso.
se desdibujan los pe�ascos
cientocincuenta dpi, me pide la m�quina
y yo que le encajo el defrag sin darme cuenta
que es al pedo
es al pedo
es bien al pedo
intentar ser feliz
si no se est� a tiempo
de quebrar las piernas
de quienes tienen que morir con un palo en el orto.
pulso escape
y sigo en el mismo lugar
la tecnolog�a me enga�� otra vez.
m�i bi�tiful d�rlin
gru�ido temblequeante sonorizado bajo las almas de los carburadores del trenticincobarranueve, killing shampoo come back, and i can't stop bleed. y�ining in de tr�, no s� si me entend�s. parezco demasiado cabizbajo, pero son los efectos de la �ltima pelea. obviamente, despu�s lo usual:
cerveza en el mismo lugar
repetir como loro t�sico lamentaciones generales
ver por �ltima vez tetas y tetas de recuerdos
llantitos entrecerrados en el hombro moqueante
el ba�o extra�ando toallitas de ambientes c�lidamente mens(tr)uales
es bastante bonito conocer gente. por eso ser� que �ltimamente lo bonito, el conocimiento y la gente me dan pena. todos nos corrompemos, mai bi�tiful d�rlin, nadie es de fierro. tenelo en cuenta y callate. and�lav� lo plato culona mugrienta, el amor se acab�, como buen eyaculador precoz.
despu�s de todo lo �nico que me qued� fue un coso de pl�stico, un papel mal doblado y frases al viento que promet�an albaceas calumniantes de todos nuestros d�as por-venir. n�ininchn�ils otra vez insiste conque todo est� podrido y yo le sigo el apunte, total, la dignidad la perd� ya hace muuucho.
�corresponde brindar, entonces?. y s�, siempre es bueno brindar.
salud y pesetas.
la doncella que no vio nada
�sab�s una cosa?. en un rinc�n de mi cama existe un pa�s. hab�a una vez una doncella que viv�a en aquel pa�s, y m�s espec�ficamente en el castillo que gobernaba ese pa�s. la doncella, luego de comerse a sus s�bditos en una gigantesca org�a antropof�gica, se sent� en el balc�n de su alcoba a contemplar la desolaci�n. pero se sorpendi�, al menos por un instante. estaba rodeada de vac�o. no hab�a nada. absolutamente nada. "�para qu� sigo viva?", se pregunt�. aferr�ndose fuertemente de su cartera, extrajo un cuchillo de tres puntas y se arranc� los ojos. su sangre cay� sobre la poblaci�n hambreada que, contenta, abri� la boca y recibi� el flujo con total algarab�a. esta noche estamos de fiesta, dijeron los pobladores. y cuando el sol desapareci� mataron sus corderos, violaron a sus mujeres e incendiaron el castillo. la doncella, ciega y err�tica, sonri�, clamando piedad a su dios, o sea a m�. Yo, que estaba en el medio de una pel�cula, le dije que le prestar�a atenci�n m�s tarde. la noche termin� y como sucede en estos casos y en aquel pa�s de costumbres totalmente distintas a las nuestras, la doncella fue repartida en cada �ngulo del pa�s: su cabeza adorn� la plazoleta de la aldea del norte, sus brazos entumecieron a los campesinos del sur, sus piernas sirvieron de alimento a los lobos en el este y sus tripas a�n se conservan embalsamadas en el museo hist�rico del nuevo castillo, al oeste. nadie recuerda a la doncella que no supo ver nada. tampoco nadie se atreve a recordarlo.
siempre
siempre. siempre. siempre. venenos en tranfusi�n lenta hacia los palacetes de cristal. siempre. dejame decirte que no estamos locos. simplemente tuvimos quince segundos de lucidez, que nos sirvieron de lecci�n para toda la vida. vos hiciste lo tuyo. yo no hice nada. resulta que ahora la quietud es la angustia perfecta, la calma que precede la tormenta. siempre. todos a la vez, en una gran bolsa de gatos obsequiada desde las m�s altas esferas del destino. pero a vos no te importa. mientras existan monjas, casamientos y enfermos el mundo ir� en su direcci�n correcta. �no!. esto no est� pasando. esto no est� pasando. siempre. siempre. siempre. ahora me mira un lector dici�ndome que no entiende nada. �qu� es lo que hay que entender?. no lo s�, no lo s�. siempre. siempre. esto es un cad�ver exquisito, compa�ero et�lico, un cad�ver exquisito que funciona al rev�s. yo lo invent�. hago con �l lo que se me plazca. �ste es el �nico poder que tengo. y lo estoy usando. siempre. yo le llamo cad�ver asqueroso, porque no tiene nada que ver con los surrealistas. este es un cad�ver que no tiene gusto a nada. es un cuerpo gelatinoso que ya no da m�s de tanto luchar. es un cad�ver que siempre, siempre, siempre trat� de querer a las personas. obviamente no lo logr�. �ste es el resultado.
mi vecina trabaja para sat�n
el orden de las cosas empieza a tener una gripe que no puede levantarse de la cama. se rodea de oscuridad, se enjuaga las manos y contin�a con su delirio.
anochece. el lexotanil me hace tirar pedos. la vecina de al lado grita. ella lo hace bien. sabe moverse. tiene doce a�os. el vecino la trata mal. la golpea. la quiebra. la asfixia. y a ella le gusta. claro, c�mo no le va a gustar. ella est� por entrar a un convento, dice que es porque la comida es gratis. pero grita, ahora lo hace entrecortadamente. hace golpear los pies de la cama contra la pared. uno llega a aconstumbrarse al ritmo. incluso se puede ir armando una canci�n con esa base. punch punch punch ah ah ah ah punch punch punch ah ah ah ah. naturalmente, tambi�n se escuchan los jadeos del tatuado. pero ese tipo de sonidos no me interesan. qu� carajo me importa c�mo grita un tipo. vuelvo a mi vecina. le pide que se la meta. que se la meta bien fuerte. gru�e. el mundo explota y ella ni se da cuenta, tan concentrada en su propia explosi�n. grita. grita. grita. qu� dulce es el mundo. qu� lindo que la gente se quiera.
la poes�a del mate (2)
la aguantadora con palo me deconstruye todo un inodoro de saberes y recuerdos que ni yo sab�a que ten�a. parezco una conferencia de ciegos con fragmentos de pel�culas exponi�ndose y que son pulsadas por un tipo que se est� meando y se apura para irse urgente a su casa a vivir la misma vida de siempre.
apartado de cualquier bochorno existencial, creo que la cucaracha muerta sobre el librito de borges publicado por una editorial para mujeres tiene toda la raz�n del mundo.
lo �nico que hago
lo �nico que hago es fumar sin ser visto, cocinar un t�, cambiar de canal, escuchar bater�as ochentosas. lo �nico que hago es meterme de prepo en mi cabeza y averiguar cu�n vacuo estoy. lo �nico que hago es aumentar el fr�o de la urbe. lo �nico que hago es consumir la pared con mi vista. lo �nico que hago es graficar la noche con galletitas dulces. lo �nico que hago es tratar, tratar, tratar, tratar, tratar hasta que los huesos se vuelvan polvo. lo �nico que hago es caer, tirarme un pedo, levantarme y de regreso al piso. lo �nico que hago es repetirme, desdoblarme, agitar mi cucuza. lo �nico que hago es reventarme un grano. lo �nico que hago es el repiqueteo de la lluvia, la calma del viento, el tratado de las almas en pena. lo �nico que hago es extra�arte.
impresi�n
el susurro de un nombre concuerda perfectamente con las delicadas ganas que tengo de incendiar el planeta. la heladera del minimarket da calor siempre a las doce de la noche, justamente cuando avanzan, avanzan, avanzan cuadripl�jicos tormentos con diez centavos en la billetera. wrong, todo est� mal, todo est� tal mal que da risa. ciclos enteros morf�ndose para a�o nuevo. no era esto lo que quer�a... sin embargo, hay una luz. siempre la hay. la tiene que haber, sino de qu� se trata todo esto.
degradaci�n
el instrumento de la vida. la sonrisa de la muerte. el sudor de las semanas. el dado de dios. la coraza de papel cr�pe del amor. las fichas de ajedrez del diablo. el rascacielos del destino. el est�mago de un vag�n cargado de chaque�os. un color sin pureza. la televisi�n de las corbatas corruptas. el espinazo de la angustia. la calle de una mano del sentido. el bolsillo, la cuenta bancaria, la billetera y la mirada de diez a�os de un cacerolero. un latido. un coraz�n a punto de decir basta. una casa. un culo. una f�brica. bandana. mtv. pupilas contra la ventanilla del colectivo. bolsita de nylon con tres atados de cigarrillos, un paquete de caf� y cuatro tamilanes. el centro de la ciudad. un boliche de rock & roll y marihuana a la cinco de la ma�ana. salvadoras recetas incluidas en la revista para ti. cinco a�os en la universidad p�blica. el espejo retrovisor del patrullero. el enga�o del amor puro. una ex-novia convertida en esposa chancluda de ruleros y olor a dogui en la boca. un lim�n petrificado en la heladera. un calzoncillo sin lavar. un libro de stephen king. tu mirada. mi mirada. eso es la degradaci�n.
universos degradados. planetas degradados. colinas degradadas. pueblos degradados. hombres degradados. caras degradadas. ojos degradados. c�lulas degradas. plancton degradado. mil�simas de segundo degradados en un rinc�n de la pieza. estoy vivo pero los siento. los siento carcomer mi columna, mi guitarra, mis pelos, mi cama. el edificio de mi cabeza comienza a pudrirse, como en aquellos documentales que muestran un plato de frutas ennegreci�ndose en c�mara r�pida. pero esto no es m�s que un cuasi estilo pintoresquista de lo grotesco de la fauna urbana.
nos ense�an que la muerte es algo malo, negro, que invariablemente nos tiene que dar tristeza. lo que no nos ense�aron fue que hay algo m�s bizarro que la muerte: la sincera, prudente, maquillada, tambaleante, irrespirable, hastiada, olorosa, televisada degradaci�n.
quisiera ser m�s optimista, pero estoy de baj�n. chau.
Paraná Insurgente - Todas las obras son propiedad de sus autores - Rosario, 2002
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